Koh Rong – Reencuentro y amigos

Amigos de Koh Rong

La primera vez que escuchamos Koh Rong fue en Tailandia, para las fiestas de año nuevo, de la mano de Dieguito que no paraba de contar anécdotas de esta isla. La recomendación era clara «es como Tailandia pero sin tanta gente, una isla chiquita, un paraíso». No estaba en nuestros planes pero con el tiempo decidimos que le íbamos a dedicar unos 2 o 3 días.

Playa de Koh Rong
Playa de Koh Rong

Después de Kampot, salimos en una combi hasta Sihanoukville de donde saldría el barco hacia Koh Rong. Hay dos tipos de barcos: el rápido que sale 10usd (45 minutos de viaje) y el lento, 5 usd (2 horas). Al haber comprado todo desde Kampot nos enteramos de esto recién llegados al puerto, pero igualmente hubiéramos elegido el rápido porque yo sufro de mareos muy fácil. Por lo general el agua está tranquila, nos dicen, aunque apenas empezó el viaje notamos que el mar estaba descontrolado, incluso entrando agua al barco por el techo. A los costados, las olas eran más altas que nuestra posición y eso no solo mareaba, sino que daba miedo. Cuando llegamos a Koh Rong después de una hora y media, por suerte vivos, nos enteramos que hubo un terremoto en Taiwán y el efecto mariposa hizo el resto.

Llegando a la playa con Matu y Borja
Llegando a la playa con Matu y Borja

Lo primero que hicimos fue ir a comer y luego encontrarnos con las chilenas que estaban ya en la playa. El lugar que elegimos tardaba un poco (y terminamos yendo todos los días a comer almuerzo y cena, por alguna extraña razón), así que para cuando fuimos ellas ya se estaban yendo, pero recibimos una grata sorpresa al volver a encontrarnos a nuestros amigos Borja (de Buscando al Unicornio) y Sofi, ambos de España. Después de Mae Salong ellos recorrieron todo Laos y el norte de Camboya, para llegar la isla junto con nosotros. Con ellos, venían también Sergi y Tomasin, unos hermanos catalanes, que nos hicieron reír todos los días y pasamos el resto de la tarde tirados en la playa.

Cena grupal
Cena grupal

Se armaron muchas charlas interesantes, todos contando las historias que fueron vividas en este mes que nos «separamos» por un lado, y conociendo a los barcelonistas, que eran unos payasos. Sofi se quería matar porque nosotros nos convertimos en el público de Borja y nos descostillábamos de la risa con cada una de sus ocurrencias. Juramos que no nos pagó nunca. A la nochecita volvimos cada uno a su habitación para bañarnos y prepararnos para la noche. Nos juntábamos en un punto en común y la pasamos hablando. Ahí aparecieron dos personajes nuevos, las Noes (una argentina y otra española) que habían viajado en el barco con los chicos y al final de los días también se iban a sumar Gian Luca, Emi y Flor, terminando de conformar el grupo.

Amanecimos inundados
Amanecimos inundados

Las jodas eran mucho más tranquilas que las que habíamos presenciado en Tailandia, pero no la pasamos para nada mal. Había varios bolichitos, hasta uno de reggae donde se estaba muy bien. Cuando la gente quería bailar nos fuimos a buscar un lugar pero cobraban 10 usd la entrada, así que nos fuimos a otro boliche que estaba cerrando y les pedimos poner nuestra música y quedarnos. Al toque se empezó a llenar de gente, que a la hora empezó a pedir que pongan su música fea en vez de lo bailable en español. Cuando pasó esto nos fuimos a otro jajaja. No se si estoy habilitado a contar más cosas de las noches de Koh Rong, así que todo quedará en nuestras memorias (o no).

Al otro día decidimos ir a la playa más famosa de esta isla, llamada Long Beach. El nombre es de lo más original, puesto que son casi 7km de playa sin nada alrededor, con agua hermosa y calma. El lugar amaneció con el mar golpeando las puertas de cada uno de los alojamientos, no se podía caminar por el pueblo-playa sin hundirse en el agua que se había adueñado de toda la playa. Sabíamos que del otro lado la situación era mucho mejor, así que nos preparamos todos, compramos las provisiones y partimos.

El viaje era sencillo, hay dos formas de ir: Pagar 5 dólares para que te lleven en barco o caminar. Por la marea los barcos no estaban trabajando, así que no nos quedó otra opción, aunque de todas maneras hubiéramos caminado. La travesía debería durar entre 30 minutos y una hora, dependiendo del estado físico, y está bien señalizado. Es por eso que no entendemos por qué nosotros tardamos casi 3 horas, en una aventura de espadas y serpientes. Los que iban adelante iban gritando por los pinches, los que íbamos más atrás riéndonos y ya sabiendo que estábamos yendo por cualquier lado, pero no dejaba de ser divertido. Hay que aclarar que nos guiaban entre Sergi, Noe argentina y Borja.

La otra Noe casi empezó a llorar porque caminar por el medio de la selva no era nada seguro, entre los pinches, árboles traicioneros, los cocodrilos y serpientes que nos acechaban, aparentemente solo en su cabeza. Tanto los muchachos de adelante como los de atrás nos íbamos riendo, pero la verdad es que si llegábamos no nos íbamos a quejar. No éramos los únicos perdidos, había una familia y otras personas más, que nos empezaron a seguir. Después de ser atacados por toda la flora de la isla, pudimos reencausar el camino y conseguimos llegar a la playa. A las corridas nos sacamos las remeras y nos tiramos al agua, a disfrutar y relajarnos.

La vuelta fue mucho más rápida, volvimos por el camino que realmente deberíamos haber hecho y llegamos en media hora al pueblo de nuevo. La regla? Sigan el sky bar. Tomamos algo y volvimos. Este día estábamos muy cansados, así que finalmente decidimos comer y tomar algo tranqui e irnos a dormir. No hubo joda. Una anécdota que necesito destacar, es que la misma Noe que quería abandonar la travesía hacia la playa, empezó a preocupar a todos diciendo que tornados se estaban acercando a la isla, debido al terremoto. Esto no solo era imposible, sino que de ser verdad, tardarían en llegar desde Taiwán hacia donde estábamos nosotros unos cuantos días. Pero no, ella creía realmente que todos íbamos a morir. Hasta que nos pasó un link para que veamos la noticia y nos asustemos por nosotros mismos. Pero la noticia era de… Agosto del 2014, o sea más de un año antes, desatando las risas indisimulables de Borja y mías. Creo que no le caí muy bien la verdad.

El tercer día no fue más que estar tirado en la playa. Ese era el objetivo principal, no hacer absolutamente nada y descansar. El día pasó entre charlas políticas, de música, de fútbol. Claro, éramos 4 argentinos y 4 europeos, así que se dió lo que se tenía que dar y se armó el partido. Argentina vs Europa. No podría decir otra cosa que fuimos perjudicados por la violencia del equipo europeo, que pegaban sin medir su fuerza e intentando conquistar por segunda vez a las américas. El mayor problema finalmente ocurrió cuando decidieron tomar un descanso en el momento en el que el partido se puso 4 a 2 a su favor, y no volvieron nunca más. Se podría decir que ganamos por abandono, pero nos olvidamos. Nos metimos al agua y nos quedamos ahí, entre durmiendo la siesta y chapuzones en el agua.

En la playa
En la playa

Al otro día decidimos que íbamos a hacer un tour, que nos salió 10 usd a cada uno. Esto incluía, hacer snorkel, pescar, una barbacoa (comer lo pescado) en Long Beach y ver el atardecer. Luego ver el plancton luminoso en las aguas oscuras en la noche. En realidad hicimos todo esto para no caminar de nuevo hasta la playa y estuvo bueno. El snorkel no nos gustó tanto, además era cerca de una islita que no tenía nada más que un templo budista. Pescar a mí particularmente me resulta aburrido, aunque algunos de los chicos no paraban de sacar comida para los demás! El atardecer fue una cosa de locos, y para poder apreciar bien el plancton tuvimos que meternos al agua, aunque hacia un poco de frío, pero valió la pena.

El último día pasó sin más, nos dedicamos a disfrutar uno de los últimos tramos de playa que nos quedaba y ya lo siguiente era Siem Reap y se terminaba la travesía de los 3 juntos, ya que Esti se volvería a Nueva Zelanda. A matu y a mí nos quedaba todavía casi un mes de viaje. Al partir de Koh Rong, para ir hacia nuestro último destino en Camboya, nos enteramos que el mismo día que nosotros salimos para allá un barco se dio vuelta y había dos turistas desaparecidos. Podemos considerarnos sobrevivientes.

Este fue sin dudas el mejor destino del viaje, nos reencontramos e hicimos amigos nuevos, se armó un grupo muy lindo y la pasamos genial. Muchas historias y cantitos salieron de acá y promesas de conocer uno y otro país que deberán cumplirse a rajatabla. Ojalá nos volvamos a cruzar más pronto que tarde!

Los amigos de Koh Rong
Los amigos de Koh Rong

Una respuesta a “Koh Rong – Reencuentro y amigos”

  1. […] mediante, llegamos al Garden Village, hostel recomendado por nuestros nuevos amigos Sergi y Tomasin, donde las habitaciones son barata, hay una pileta espectacular y una mini cancha de fútbol en […]

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