Este sin dudas fue un viaje más que especial, por haber sido el lugar más lejos al que fui por decisión propia (cuando era un niño mis padres me llevaron a Disney). Además, como en muchos otros viajes fui a ver a La Renga, esta vez acompañado por Bondiola y Sergio, amigos de hace años ya, de los que viajamos siempre que podemos. Detalle de color: con Sergio fuimos los únicos 2 tipos que viajamos en toda la gira latinoamericana.
Este viaje, como la mayoría de los del exterior comienza en Ezeiza, haciendo tiempo para subir al avión que nos llevaría primero a Lima y luego a Mexico DF. Como siempre es recomendable, ya que íbamos a estar solo una semana yo me llevé lo mínimo e indispensable en una valija de mano para no despachar. Tuve suerte: El equipaje de Lima a Mexico llegó más de un día tarde, y la mochila de Bondiola apareció rota.
En fin, una vez llegados a Mexico DF. Cambiamos unos pesos mexicanos para zafar por el momento y luego nos fuimos al hostel reservado por la zona del Zócalo. La verdad que era horrible y no tenía casi nada de lo que prometía, pero íbamos a estar solo dos noches, la idea no era estar ahí adentro y era nuestro punto de encuentro con Sergio que llegaba el Sábado a la mañana.
Lo que nos picó taco fue una cosa increíble, nos pusimos rojos al instante, sentía que salía el infierno mismo de mi garganta, estaba por explotar, por favor. No lo hagan en sus casas.
Después del terrible suceso, llegamos al lugar y nos pedimos unas comidas típicas mexicanas, no recuerdo qué exactamente, aunque sí estuvo la torta de jamón.
Para tomar? Claro, somos argentinos, fanáticos del Chavo del 8, era fácil. Aguas frescas, Tamarindo y Jamaica. Definitivamente lo más feo que tomamos en nuestras vidas. Así como está en la foto, quedaron los vasos después de la cena.
Era un lugar de «bastante nivel» según nos parecía, y comimos 10 puntos. Habremos gastado $80 argentinos cada uno.
Después, nos fuimos a una zona de bares y boliches. Era como la calle Florida, con edificios y todo, y cada piso tenía uno o más boliches! Era increíble. Se pagaba entrada en todos, que era una consumición, aunque nosotros por ser extranjeros no pagábamos nada. En algún momento nos cansamos de pasear y nos fuimos a dormir.
Al otro día llegó Sergio, desayunamos, y arrancamos a patear. Fuimos a la Catedral Metropolitana de la Ciudad de Mexico, que es una de las catedrales más grandes y viejas que existe en el continente Americano. Es increíble cómo está cubierta de oro por todos lados, choca demasiado con la pobreza que se ve en los alrededores.
Después, y como buenos futboleros, decidimos ir al Estadio Azteca. Este creo que fue uno de los momentos cumbre de este viaje. Llegamos el Sábado a la 1pm aproximadamente, y el último tour para recorrer el estadio arrancaba a las 11am, por lo que perdíamos nuestra oportunidad de conocerlo. Nuevamente, tengo que aclarar que somos argentinos. Y teníamos ganas de conocer el estadio. No nos íbamos a ir con un «no» como respuesta.
Dimos la vuelta al estadio, y encontramos una puerta abierta por la que ingresamos al estacionamiento.
La Copa del Mundo en el Estadio Azteca |
Nos adentramos un poco más y palabras de por medio, nos dejó entrar para sacar unas fotos. Fuimos por todos lados: Desde las plateas superiores, hasta las tribunas, sin dejar de lado los palcos, las cabinas de transmisión ni el banco de suplentes. Hasta nos dimos el lujo de hacer unos goles.
Golazo con la mano, del 10 Santiago, perdón, la mano de D10s |
David, Santiago y Bondiola. Atrás, la bandera de Bondi. |
Llevo un rato buscando adjetivos para la Isla y no encuentro. Intentando traerlo a este plano humano, el lugar es un paraíso, es un lugar demasiado hermoso.
Después de todo, llegamos al hostel donde era el recital y también nos alojamos. La Renga, para el que no conoce, es una banda argentina que no puede tocar en Capital Federal porque irían muchas más de 100mil personas y sería un descontrol.
Sin embargo, unos 10.000 km más lejos, iban a tocar acá:
Bondiola, Santiago y Sergio en el medio del recital |
Después del recital siguió la fiesta en la playa del hostel y cuando terminó ahí seguimos en la playa pero otro lado con los músicos hasta altas horas de la madrugada. Cuando nos pudimos despertar, los chicos fueron a alquilar un carrito mientras yo me recuperaba y nos fuimos a recorrer la isla.
Santiago, Sergio y Bondiola |
Fuimos hasta la otra punta de la isla donde están los restos de un templo Maya y está el lugar donde amanece primero en Mexico. Es demasiado lindo el lugar.
El fernet acompañó todo |
Voy a terminar esta primer parte acá. Los días siguieron de esta forma, recorriendo la isla y yendo a la playa, coleccionando momentos junto a los músicos de La Renga. Obviamente todas las fotos que saqué quedarán en privado, aunque algunas están en el album de facebook.