Bagán – La ciudad de los 3000 templos

Shwe zi gone Pagoda

Subimos al colectivo en dirección a Bagán, la ciudad de los tres mil templos y lo que nuestros ojos veían parecía sacado de otro mundo: Estábamos en Myanmar, vimos mucha pobreza en Yangón y poca «civilización» (no quiere decir ni malo ni bueno) pero el colectivo era impresionante, tenía pantallita en cada asiento! Algo que nunca habíamos visto en Argentina ni en otros lugares, y eso que habíamos sacado el colectivo «normal» (11 dólares), no el VIP (15 dólares). Teníamos 8 horas de viaje en un colectivo super cómodo y de noche, por lo que podríamos dormir perfecto, a no ser por los 2 que estaban atrás nuestro que estaban a pleno mascando «betel». Para darles una idea es como la hoja de coca, solo que en versión desagradable, asquerosa y que le hace muy mal a los dientes, además de hacerle mal a los sentidos de los que no la mascan, porque escupen de una manera… Volviendo sobre el precio del bus, en Argentina los precios están por las nubes y por ninguno de los dos valores mencionados anteriormente se podría hacer la distancia que hicimos.

Bagan
Bagan

Llegamos a Bagan cerca de las 6 de la mañana en un viaje que por suerte terminó siendo tranquilo, con los dos muchachos durmiéndose y nosotros también. En la estación de buses se nos tiraron encima los tacheros para llevarnos al hostel y esto ya es como en el resto del sudeste, todo se basa en negociar y bajar el precio lo más que se pueda. Nos terminaron llevando por 3mil kyats a cada uno. En la entrada al pueblo, también hay que pagar la entrada para la zona de los templos que sale 20 dólares (Diciembre 2015). Hay que destacar que después no cobran nada por entrar a ninguno de los templos, excepto el Golden Palace que tiene su propio show pero nadie lo recomienda, y como hay que pagarlo aparte ni fuimos.

Ya veníamos conscientes del problema de comunicación y cuando llegamos al hostel no fue para menos. Hacerle entender a los que trabajaban ahí que teníamos una reserva fue una tarea muy dificil. Por suerte las personas que ocupaban nuestra habitación se fueron bien temprano y la limpiaron rápido por lo que a las 7am ya teníamos la habitación lista, cuando el check-in usualmeente es a partir de las 12 del mediodía. Nos tiramos a dormir y a la tarde alquilamos unos scooters y nos fuimos a recorrer algunos templos. Al final llegamos solo a recorrer el Thatbyinnyu porque nos encontramos a un hincha de Chacarita que venía con su novia y nos quedamos hablando un rato largo. Después de esto nos fuimos directamente al Shwe San Daw a ver el atardecer, y este al ser el templo más famoso de los que se puede subir estaba completamente lleno de gente local y de turistas esperando por una de las imágenes más hermosas que hemos visto. La cantidad inmensa de templos con el Sol cayendo detrás de ellos es una cosa inolvidable.

Andando en scooter
Andando en scooter

Cuando emprendimos la vuelta la moto de Esti se quedó sin batería y frenamos al costado de la ruta, pararon unos locales y nos ayudaron a llamar por teléfono a los dueños de los scooters para que nos vengan a traer una batería nueva. Al tipo se le complicaba sacarle la batería y nos dijo que nos vayamos dos en una moto, así que arrancamos y paramos en el medio del camino a cenar. Yo estaba contento porque iba manejando Esti y yo atrás con los ojos cerrados esperando no morir. Sorpresivamente cayó el mismo tipo con otra moto, así que a la vuelta nos volvimos los 3 andando. El pánico que le tengo a las motos es increíble y no me pegué un palo de suerte nomás. Matu fue al hostel y con Esti salimos a comprar hielo para el fernet, siempre nos preguntaban de donde éramos y su respuesta siempre era «Messi! Messi!», uno hasta le pidió a un amigo de él una foto con nosotros.

 

El segundo día en Bagan arrancó bastante tarde, ya que llevamos la ropa a lavar y negociamos junto con el pasaje para irnos hacia otro pueblo para que nos salga más barata, y volvimos a alquilar dos motos para irnos a visitar el resto de los templos. Primero fuimos al Dhammayangyi que es uno de los más grandes, segundo al Ananda, después al Htilominlo, para terminar en el Shwe zi gone. «Shwe» como expliqué en el post de Yangón significa dorado. Fue uno de los mejores que vimos y queríamos ver el atardecer desde este pero no se podía subir así que nos terminamos yendo después de recorrerlo para buscar algún punto alto. Estábamos yendo al mismo lugar que habíamos ido el día anterior y fuimos preguntando por otro hasta que nos metimos por un camino de tierra y llegamos a un templo que estaba medio destruído, pero tenía una terraza y había solo una persona arriba. Nos quedamos con él hablando un rato y justo antes de que oscurezca emprendimos el camino de vuelta.

El tercer y último día en Bagán fue el más loco, porque empezó bien temprano de madrugada, nos pasaron a buscar a las 5am para nuestro primer paseo en globo aerostático. Había obviamente otras personas y ni bien llegamos nos acomodaron en unas mesas para desayunar. Fue muy gracioso el momento en el que Matu se había comido sus facturas y empezó a decir en tono argento prepotente el «yo le saco la comida a estos dos, ya fue, tengo un hambre» y el tipo en perfecto español le responde «agarrá tranquilo nosotros no lo vamos a comer». Nos estallamos todos.

Después de una breve charla de seguridad y ver cómo se inflaba el globo arrancó el paseo que en sí fue muy tranquilo, la verdad que yo sufro mucho de vértigo y por suerte ni lo sentí. Solo disfrutamos del paisaje y la vista de los miles de templos de Bagán. Cuando nos dimos cuenta estabámos viendo el Sol aparecer en el horizonte, lo que terminó de pagar el precio del globo. Para terminar el viaje la mayoría de los globos aterrizaban con ayuda de otras 10 personas que estaban en tierra y lo agarraban en el momento de tocar suelo. En nuestro caso el piloto era más aventurero y aterrizamos en unos arbustos, y la vida hizo justicia cuando el español que le gritaba «minions» a los locales que ayudaban a aterrizar a los globos, se vió totalmente pinchado por las plantas en donde aterrizamos. Nos agarró a los 3 por sorpresa el post-vuelo donde se desayuna de nuevo y se toma champagne para festejar que salió todo bien. Aparentemente es tradición después de todos los paseos en globo.

Volvimos al hotel y estaba listo el desayuno del hotel, así que desayunamos por 3° vez en el día y nos fuimos a dormir. Al mediodía nos levantamos para ir a comer con unas chicas de Chile que conocimos en el camino a Bagán y después nos fuimos en excursión a conocer el Monte Popa, en cuya cima hay un templo que supuestamente tiene unas vistas espectaculares. La verdad es que nos decepcionamos, un poco porque el clima era nublado así que no podíamos ver mucho y eso después de una hora y media de viaje pesa. También eran algo así como 900 escalones para subir, totalmente copados por los monos que robaban cualquier cosa. En nuestra van también iba un sueco que parecía vikingo así que nos mandamos detrás de él para evitar que nos coman los monos. Como todo templo nos hicieron sacar las zapatillas y dejarlas en un lugar con «una donación» y recién ahí subir los escalones totalmente meados y cagados por estos bichos. Hermoso. Aproximadamente cada 100 escalones había un «centro de donación», lo que nos hizo sentir un poco incómodos, así que subimos, sacamos algunas fotos y nos fuimos. La bajada no fue tan rápida ya que estaba lleno de monos asesinos, además del piso resbaloso y sucio por sus regalitos.

Volvimos al hostel, cenar y a dormir, que al otro día partimos a Kalaw!

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