El tiempo pasa tan rápido, viejo. Los días en Wellington se terminaron pronto y fue el tiempo de partir a Auckland. Vinimos en auto con Gera, uno de los chicos que conocí en Wellington por el Mundial Sub-20, parando en Taupo para desayunar a mitad de camino. Manejé todo el trayecto, que son 650km en unas 9 horas.
No la estaba pasando mal en Wellington. Es la capital del país y una ciudad hermosa, con muchos lugares para recorrer y muchas cosas para ofrecer. Además, soy un bicho de ciudad así que después de haber vivido en el Monte durante 2 meses, me sentía mucho más en mi salsa aunque estuve los 15 días en un hostel. Pero me quería ir, fue inevitable salir los 15 días que estuve allí por ende el dinero se iba como si hubiera tenido agujeros en los bolsillos de los pantalones (No mamá, tranquila: No tengo ningún agujero en ningún bolsillo).
Frenamos al costado de la ruta luego de un pequeño-gran incidente que fue mi culpa y en el que estamos vivos por alguna razón que espero descubrir en algún momento. Lo puedo contar ahora porque ya pasaron casi 3 semanas y no hay razón por la que preocuparse. Aprovechamos para relajar y sacar fotos al hermoso paisaje que estábamos cruzando. El lago Taupo, aproximadamente a mitad de camino entre Wellington y Auckland por la Ruta 1 que recorre toda la isla norte. Tardamos unas 9hs en total, ya que después de esto frenamos en una estación de servicio a cargar nafta y desayunar.
Volviendo a la historia, fuimos invitados por Fede y Tom por el fin de semana aunque yo me terminé quedando acá, porque me ofrecieron el cuarto libre que tenían. Básicamente el finde fuimos a comer afuera, a bailar y recorrer un poco. El Sábado a la tarde fuimos a One Tree Hill que es un parque muy lindo con una colina en cuya cima hay un mirador desde donde se pueden ver muchos lugares de Auckland.
A la noche después de comer en un restorán mexicano fuimos a un boliche llamado Longroom donde tuvimos que hacer cola para entrar (primera vez en mi vida que hago cola para entrar a un boliche)
El domingo a la tarde después de levantarnos fuimos a Takapuna, que es una playa muy linda que seguro si hubiéramos ido en verano se vería aún más linda. La vista de frente a la isla Rangitoto cuyo volcán quizás conozcamos la semana que viene dependiendo del clima. Nos quedamos ahí un rato tomando unos mates y descansando, tratando de que el cuerpo vuelva a la vida. Aunque el viento y la lluvia nos hicieron volver a casa antes de lo previsto así que hicimos eso previo a dejar a Gera en el aeropuerto que volvía a Wellington.
Pasó la primer semana y la convivencia con los chicos desde mi punto de vista fue genial. Los pibes son una masa y nos cagamos de risa todo el tiempo. Es del tipo de gente que uno se quiere encontrar siempre. Me abrieron las puertas de su casa y acompañaron en momentos copados y no tanto y acá estoy escribiendo, casi 3 semanas después. Además, loco, son unos cebadores: Un día tiré la idea de que estaría bueno jugar a la play un rato porque era un día de lluvia horrible y terminamos comprando la play 3, controles y juegos en una tarde y pasamos la noche jugando. Esperamos que sea una máquina de ahorrar y por ahora venimos bien.
También, una noche vinieron Trini y Tati, dos chicas que también conocimos en Wellington de la mano de Gera y nos hicieron panqueques con dulce de leche!
En el medio, me fui una semana a recorrer el norte de la Isla norte cuyo post vendrá después de este.
Saludos y perdón nuevamente por el cuelgue!!! Estoy viviendo mucho por suerte.