Tengo 26 años y ya se van asomando de a poco algunas canas. Hay más de un motivo que da lugar a que aparezcan. A medida que vas creciendo te vas acomodando, con aciertos y errores, hasta que sabés quien sos. Vamos haciendo camino al andar. Me cuesta ver que personas que tienen que caminar con bastón rechacen el asiento en el colectivo, como no asumiendo su edad y condiciones físicas, intentando rechazar quiénes son y sentirse jóvenes un rato más. Pienso que lo aceptaría orgulloso, sabiendo que mis piernas no dan más porque las exprimí al máximo. Porque cada paso que me ayuda a dar el bastón es una historia que ya viví y que puedo contar.
Aunque sigo en la plenitud de mi vida, pienso que tuve suerte. Pero no siempre, creo que tuve suerte dos veces. El resto de mi vida fueron caminos más o menos moldeados por estas simples e importantes dos veces en las que tuve suerte. En el mundo, al día de hoy hay aproximadamente 7 mil millones de personas. Sin ver un catálogo, sin elegir, sin pedir y con la más pura de todas las suertes, me tocaron 2 personas increíbles como padres. Son personas y tienen defectos. Son mis padres y casi por ley tiene que haber desacuerdos. Desde la inteligencia, y el mareo por cualquier cosa de mamá, hasta la pasión y el mal humor fácil heredado por papá, moldearon todo mi camino para que esta vida sea la mejor que me pudo haber tocado. Incluso hasta en los momentos en los que ellos no están de acuerdo, incluso las cosas de mí que los frustra, todo es gracias a ellos.
La segunda vez que tuve suerte, fue cuando nació mi hermano menor. Aprender a compartir, a perdonar, la amistad, la complicidad, y sobre todo la paciencia. Sin él no hubiera tenido todo eso casi desde el principio. Todo lo que me han dado estos dos momentos de suerte, me trajo hasta donde estoy hoy. Toda mi vida puedo definirla en base a estos dos momentos.
De sueños y caminos es muy difícil hablar. A veces parece que estamos solos pero todo está entrelazado. Como un mapa gigante lleno de rutas que te llevan a cualquier punto. Para ver todo eso necesitamos mucha experiencia y muchos tropiezos. También requiere de enfrentarse a los miedos constantemente. Muchas veces, al elegir un camino uno es tildado de loco. Porque si elegís seguir la carrera de Psicología te vas a morir de hambre! y ¿Cómo vas a vivir toda tu vida viajando? Afortunadamente, me encanta la frase que dice «Los que dicen que es imposible no deberían molestar a los que lo están haciendo».
A esta altura, ni siquiera estoy seguro del camino que tomé, pero sí que hay que dejar absolutamente todo. Los momentos de incertidumbre se resuelven con el tiempo. No se puede controlar todo, y cosas que no queremos que pasen, van a pasar. Hay que aprovechar todo eso, para aprender y crecer. Vivir los sueños, ese es el punto.
Muy lindo lyon. Un abrazo grande