Odaiba
Sin olvidar que nuestro principal objetivo de este viaje era ver a Lanús en Japón, seguimos recorriendo Tokio. Después del templo Meiji almorzamos, y luego queríamos conocer un poco de playa japonesa aunque no fuera la mejor. Fuimos a Odaiba, a donde se llega por medio de un monoriel sin chofer (toooodo en Japón parece sacado de un capítulo de Los Simpsons). De repente sentimos que habíamos llegado la zona yanqui: Apareció una mini réplica de la Estatua de la Libertad y el famoso puente de San Francisco.
Tampoco ignoramos las ya adoradas comiquerías a donde entrábamos como si fueran un templo de miles de años. Nos sacamos las ganas de las fotos con Gokú, Sheng Long, y hasta conseguimos las esferas del dragón.
Pasamos la tarde en la playa, comiendo helado, entre peces saltándonos en el agua y japoneses buena onda que se prestaban a charlar con nosotros.
Lanús en Japón – Kashiwa
Nuestro viejo y tío lo vieron en la C, a punto de desaparecer, y nosotros tuvimos (y tenemos) la suerte de ver a Lanús en su mejor época, a cumplir el sueño de ellos y ver a Lanús en Japón. Puedo sonar repetitivo, pero quién lo hubiera imaginado hace 20 años? Claro que nadie cree que es casual todo esto, sino fruto de mucho sacrificio y trabajo.
El 6 de Agosto, ya día del partido, nos levantamos bien temprano y nos fuimos en tren hasta Kashiwa. Solo media hora de viaje, para uno de los partidos más esperados por nosotros. Apenas llegamos había una oficina turística que a nuestra pregunta sobre dónde estaba el hotel de los jugadores creyó que nosotros también eramos del plantel granate. Evidentemente no había visto nuestras panzas…
Ya en el hotel con nuestras entradas y quedando todo el día por delante paseamos un poco. Conocimos a Cele y Nico, una pareja granate que estuvo trabajando en Nueva Zelanda. Culminarían su viaje de unos meses con este partido antes de volver a casa. Almorzamos todos juntos y después nos quedamos toda la tarde tomando cerveza a la vuelta del hotel. Guillermo, DT de Lanús pasaba haciendo ejercicio y se quedó hablando con nosotros, claro que nos tiró un «Esto no es Argentina, no se puede tomar acá». Lo que él no sabía es que la señora del almacén nos estaba haciendo 2×1 en cerveza a pedido nuestro. Japón nos trató mejor que en casa.
Nos agradeció y felicitó por estar ahí, un momento histórico del club. Ver a Lanús en Japón era un sueño para todo nuestro pueblo. Más allá del posterior resultado anecdótico, fue una experiencia única. Lanús no jugó bien y algunas actitudes de los jugadores dieron vergüenza.
Saludo final
Por otro lado, la actitud de los japoneses es destacable. Al entrar a la cancha nos dieron una bolsita con recuerdos y unas papas fritas más feas que penal en contra mal cobrado. Además, apenas termina el partido viene un tipo y me toca el hombro. Imagínense: estoy masticando la bronca de un partido perdido. Un penal en contra mal cobrado sobre la hora y venís y me querés decir algo !? Me extiende la mano y me dice «Gracias por venir a nuestro país, espero que te haya gustado». Al subirnos al colectivo que nos llevaría de nuevo al hotel de los jugadores, todos los japoneses saludando, en buenos términos, no como hubiera sido en Argentina.
Creo que tenemos mucho que aprender de los japoneses…