Mentiría si dijera que esto no era lo único que conocía de Nueva Zelanda cuando supe que finalmente iba a venir, en Septiembre del año pasado. Desde que tuve la idea de venir, venir a este lugar se convirtió en el primer objetivo. La verdad no tenía ni idea donde quedaba, y menos que iba a terminar viviendo a solo 65km de distancia.
Muchos de los que vienen acá vienen con la idea de «ser hippies», y cuando querés juntar gente para venir a este lugar era «Nah pibe, yo vine a buscar otras experiencias, cómo voy a ir a Hobbiton encima con lo que sale???» Por lo que arrancamos Tato y yo nada más. El viaje era cerca, así que fuimos tranquilos aunque OTRA vez nos olvidamos el mate. Es la última, de verdad.
Es extraño que al llegar uno no se da cuenta de lo que está a punto de ver. Con un poco de imaginación, todas las rutas por las que anduvimos tienen un aire a que puede aparecer en cualquier momento «La Comarca» por el tipo de valles, al estilo fondo de pantalla de Windows XP.
Después de retirar los tickets que habíamos comprado por Internet, subimos al micro todo ploteado que nos lleva hacia dentro del complejo. 15 minutos y ya estamos adentro del mundo de Tolkien! Por un par de horas nos trasladamos a la Edad Media.
Nos llevan a recorrer cada hobbit-hole y sólo se permitía la entrada a uno. Acá hay muchas cosas que obviamente están hechas para el cine y no para que vivan personas, así que en algunos puntos decepciona y en otros no, pero no soy yo quien va a decepcionarlos contándoles todos los trucos, o cosas que han hecho para que en la película se vean de determinada manera. Tampoco pudimos entrar a la casa de Bilbo. Solo hasta la entrada =(
El recorrido en sí está buenísimo, te cuentan un montón de historias, de dificultades que tuvieron y cómo la solucionaron. Por ejemplo, desde la puerta de la casa de Bilbo, se ve un galpón a lo lejos, y esto no podía salir en la película, decidieron «disfrazarlo» de árbol. También, el árbol que está arriba debía quedar perfecto y como le faltaban algunas hojas estas fueron creadas a mano y pintadas. Unos días antes de la grabación Peter Jackson dice que no es el verde que él quería, así que una por una las hojas fueron pintadas nuevamente. Eran 216 unos pares de miles (gracias Tato por la correción).
Todas las verduras que se ven son de la granja propia de La Comarca, hay un equipo de personas que aun hoy continua con el mantenimiento de la misma para qué? Andá a saber si van a sacar otra película del mismo estilo.
Lo que más me sorprendió fue la seguridad con la que se trató este lugar. El complejo en sí está muy para adentro de la ruta, dentro de una granja de muchísimas hectáreas para no se visto por autos en viaje, y además está está rodeado por un alambrado electrificado. No solo eso: El gobierno colaboró para prohibir que esta zona sea sobrevolada desde una altura mínima e incluso los que volaban por encima, iban a ser revisados para ver si tenían evidencia de la existencia de este lugar. La pena si se encontraba a alguien con fotos por haberlo sobrevolado era perder la licencia para siempre, y nos contaron que 2 pilotos fueron sancionados por esto. Bastante complicada la cosa.
El nivel de detalle es increíble, absolutamente todo está puesto a propósito de determinada forma, no hay nada librado al azar. Desde cada frasquito que se puede ver en las ventanas, hasta el buzón de la casa de los Baggins. Acá nos dejan sacar todas las fotos que queramos, y la gente es bastante respetuosa así que todos tenemos nuestras lindas fotos del lugar, con las distintas casas y en especial esa de puerta verde.
Para terminar la excursión hay una cerveza de cortesía en el Green Dragon Inn, donde nos quedamos hablando con una chica de Austria muy buena onda y nos colgamos y casi nos perdemos el micro de vuelta, aunque no teníamos ningún problema en pasar la noche en este lugar.
Cuando llegamos a la entrada nuevamente, antes de ir al auto fuimos al shop a gastar un poco de plata para emprender el regreso totalmente contentos y emocionados por el lugar que conocimos.