Lago Inle – Nyaung Shwe

Lago Inle

Llegamos luego del trekking a Nyaung Shwe el Viernes 18 de Diciembre del 2015. Nos quedamos en el hotel Bright que parecía bastante lindo y era de los baratos de la zona. Pronto nos sorprenderíamos con los cortes de luz que aparentemente afectan a todo el pueblo por horas. Lo único que hicimos fue descansar un rato y a la noche caminar un poco por las 2 calles principales y cenar. Ya completamente podridos del arroz (esto nos seguirá pasando a lo largo de todo el viaje al sudeste) nos sentamos en un lugar que vendía «hamburguesas» con papas fritas. La hamburguesa no estaba del todo mal, y las papas fritas eran 8. Contadas. Dormimos por primera vez en 3 días en una cama de verdad, después de ducharnos con agua caliente. Qué placer nocierto?

Nos levantamos temprano y desayunamos. Absolutamente en todos los hoteles en los que estuvimos en Myanmar el desayuno estaba incluído, algo totalmente diferente a Tailandia, por ejemplo. En el desayuno también nos encontramos con la pareja de franceses con la que habíamos compartido el viaje (Anabella, su blog es: www.lemondensacados.com) y una pareja de italianos que también venían viajando (Marcos y Jessica: www.marcograssiphotography.com y www.traveltobealive.com) y nos quedamos charlando largo y tendido acerca de nuestros viajes, profesiones, planes, etc.. Nos dimos cuenta que se estaba haciendo un poco tarde y salimos a caminar por el pueblo, teníamos 3 objetivos: Lavar ropa, contratar una excursión de bote para recorrer el lago y comprar el pasaje para volver a Yangón a pasar un último día antes de volver a Bangkok. Las primeras dos las resolvimos rápido ya que son servicios que ofrece todo el mundo y terminamos con una señora con un puestito frente al lago que nos cobraba bien barato por lavar ropa y hacer la excursión con ella, algo así como 6mil kyats cada uno, que serían 4,5 dólares. Para el pasaje de vuelta averiguamos en varios lugares y obviamente terminamos comprando el más barato que conseguimos.

Las publicidades de cerveza son iguales en todo el mundo
Las publicidades de cerveza son iguales en todo el mundo
Cervecitas en el hotel
Cervecitas en el hotel

Entramos al mercado gigante que hay y lo recorrimos todo, comprando algunos regalos y cosas para nosotros, por ejemplo la campera de Myanmar de fútbol que en mi caso viene a reemplazar la de Perú para aquellos que la conocieron. Ahí nos encontramos con una de las chilenas que habíamos conocido en Bagán y fuimos a comer los cuatro, y después terminamos tomando unas cervezas en el patiecito que teníamos en la entrada a nuestra habitación. Más tarde se sumaron los franceses e italianos, y la dueña del hotel de repente nos regaló papas fritas, porque le habíamos puesto música y todo. La gente pasaba por la puerta del hotel y no entendía nada. Todo finalizó temprano porque los demás se iban para distintos lugares y a nosotros nos quedaba un día más.

Ya el último día nos tocaba hacer la excursión del bote bien temprano porque a las 5 de la tarde nos pasaban a buscar para tomar el bus de nuevo a Yangón. Nos habían comentado que no estaba tan buena pero queríamos hacerla igual y poder recorrer un poco más el lago. Les voy a contar un poco de lo que hicimos pero por mi parte la verdad es que ni vale la pena, excepto para ver a los pescadores y su técnica una y otra vez y filmarlos y sacarles mil fotos.

Pescador y su red
Pescador y su red

Primero nos llevaron a un supuesto mercado flotante que en realidad solo se llega por barco pero de flotante no tiene nada. Es bastante parecido al mercado que hay en el medio de Nyaung Shwe. Al principio está lleno de vendedores de chucherías y souvenirs y más adentro ya venden carnes de todo tipo, verduras y frutas. La mezcla de olores es increíble, y el pescado se huele a varios puestos de distancia. No tardamos mucho tiempo en irnos de nuevo al bote para seguir camino. Volvimos a ver otros pescadores que saludaban y se quedaban para la foto, entramos a una aldea flotante y llegamos hasta un lugar donde tejen distintas prendas de ropa. Me pareció interesantísimo cuando nos mostraron como creaban un hilo de Loto para después terminar haciendo una especie de bufanda, que tardan como 20 días. El precio también era bastante caro, aunque algunos turistas compraban. Mientras hacíamos el tour por este lugar vimos a dos personas jugando al pool pero con fichas jaja. Después para hacerlo rápido, fuimos a una herrería, un lugar donde hacían cigarrillos a mano, donde construían los botes en los que viajamos, y por último a comer y a dos templos.

Curry de pescado
Curry de pescado

La comida fue lo más picante que había comido hasta ese momento en mi vida y le dejé el final a Matu, que también tuvo un mal pasar porque su plato supuestamente tenía pescado y tenía solo 3 minúsculos pedacitos. Con la comida no se jode y con su mal humor y el cansancio de Esti y míos desistimos del templo aunque tuvimos que esperar al Suizo que venía con nosotros. El último templo fue un poco más interesante, primero porque estaba lindo y además es famoso por tener gatos que los monjes han educado para saltar, cosa que nosotros no vimos porque todos estaban desnutridos y durmiendo! Nuestro paseo en bote terminó luego de que el suizo se tomara unos 20 minutos para nadar en el lago (algo para nada recomendable jejeje).

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Buda
Buda

Rearmamos nuestros bolsos y esperamos a que nos pasen a buscar, ya era la hora de volvernos a Yangón y con esto terminar el viaje a Myanmar, pero cuando todo parecía terminarse casi que empezábamos de nuevo, el taxista que nos llevó de la terminal de ómnibus al hotel que habíamos reservado por estar cerca al aeropuerto se perdió varias veces, y al final lo encontró y quedaba en un lugar que nada tenía que ver con el turismo. Al entrar y organizar todo pedimos tener el desayuno en ese momento (eran las 7 de la mañana) porque al otro día nos íbamos temprano, de madrugada porque el avión despegaba 8 y media. Ya lograr eso fue todo un hito porque no nos podíamos hacer entender. Cuando quisimos salir a comer al mediodía fue muy gracioso, porque entramos a lugares en los que no había menú en inglés siquiera y el mozo nos señalaba el menú y decía algo que no entendíamos y todos en las mesas alrededor estallados. Tuvimos que volver al hotel que tenía un restaurant y como teníamos wifi (lento pero funcional) buscábamos en Internet la imagen de lo que queríamos y así nos comunicábamos.

Así nos trató Myanmar, casi sin poder comunicarnos pero con paciencia y voluntad. Con desorganización aparente pero puntual y sin problemas ni sobresaltos.

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